La tranquilidad que durante más de una década distinguió a la comunidad indígena de Cherán fue quebrantada la madrugada del miércoles 2 de julio, cuando un enfrentamiento armado protagonizado por un grupo criminal intentó irrumpir en este bastión del autogobierno purépecha.
Los hechos ocurrieron en los parajes conocidos como Rancho del Pino y Cerrito del Aire, en las inmediaciones del municipio, donde una célula del crimen organizado —presuntamente vinculada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)— trató de abrirse paso hacia el interior de la comunidad. La rápida movilización de la Ronda Comunitaria, cuerpo de seguridad autónomo creado por la propia población desde 2011, logró contener el avance de los agresores, aunque el saldo fue trágico: un comunero muerto y otro herido.
El ataque ha encendido las alarmas en la región purépecha, donde desde hace semanas se reportan incursiones armadas, amenazas y despojo territorial en comunidades como Nahuatzen, Arantepacua, Capácuaro y Santa Fe de la Laguna.
Cherán, con cerca de 19 mil habitantes, es considerado un ejemplo nacional de resistencia indígena y organización comunitaria. En 2011, la población se levantó en armas contra los talamontes y el crimen organizado, expulsó a los partidos políticos y estableció un sistema de autogobierno respaldado por un consejo comunal.
Desde entonces, la comunidad había logrado mantenerse al margen de la violencia que azota otras zonas del estado.
Sin embargo, expertos en seguridad advierten que este reciente ataque podría formar parte de una estrategia de expansión territorial del Cártel Jalisco, que busca extender su presencia en Michoacán tras romper alianzas con otras organizaciones criminales locales. Según análisis, el interés por controlar la región de Cherán no radicaría en sus recursos naturales o actividad económica, sino en su ubicación estratégica que permitiría acceder a zonas como Uruapan, consideradas clave para las rutas del crimen organizado.
Aunque las fuerzas federales y el Ejército se han movilizado tras los hechos, especialistas advierten que el principal escudo de Cherán ante el asedio del crimen organizado podría estar en la visibilidad mediática y la atención nacional que genera su modelo de autogobierno. La presión pública, aseguran, podría obligar a las autoridades a establecer un cerco de protección en la zona.
El ataque representa una amenaza directa no solo a la integridad territorial de Cherán, sino también a su modelo de gobernanza indígena, considerado uno de los pocos casos exitosos de contención del crimen organizado mediante organización comunitaria.
La comunidad, por ahora, se mantiene firme en su defensa, como lo hizo hace catorce años.