Una finca abandonada ubicada en el ejido Arturo Flores, en los límites entre Reynosa y Díaz Ordaz, fue identificada como un posible campo de exterminio del crimen organizado, tras una denuncia anónima recibida por el Colectivo Amor por los Desaparecidos.
Durante una incursión realizada esta semana, madres buscadoras acompañadas por autoridades estatales y federales localizaron restos óseos calcinados, vestigios de fogatas y un tambo metálico con residuos de hidrocarburos, presuntamente utilizado para incinerar cuerpos.
“Recibimos información desde hace días, pero por lo complicado del acceso preferimos esperar el apoyo de las autoridades”, explicó Edith González, presidenta del colectivo, quien encabezó la búsqueda junto con integrantes de la Comisión Estatal de Búsqueda y la Comisión de Atención a Víctimas.
La zona, considerada de difícil acceso, fue acordonada por elementos de la Guardia Estatal, Guardia Nacional y la Octava Zona Militar, quienes dieron seguridad para el procesamiento del lugar por parte de personal ministerial y forense.
El hallazgo se suma a otros reportes similares en la región ribereña de Tamaulipas, donde grupos delictivos han sido señaladas por la creación de sitios clandestinos para la incineración de cuerpos. En esta zona operan células del Cártel del Golfo, particularmente la facción conocida como “Los Metros”.
Hasta ahora no se ha dado a conocer el número de restos encontrados ni su identificación, aunque la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas confirmó que se abrirá una carpeta de investigación.
Familiares de personas desaparecidas exigen que se refuercen los trabajos forenses y de búsqueda en estos territorios, que por años han sido controlados por el crimen organizado, y donde aún hay decenas de predios por revisar.
