Este texto fue originalmente publicado en la web de Dignidad para Bomberos. y se reproduce integro en Proyecto 10.
El reciente incidente en el tren ligero de Guadalajara, donde una persona en situación de calle se aferró al exterior del vagón y perdió la vida al ingresar al túnel, ha generado fuertes críticas hacia los pasajeros que presenciaron el hecho. En redes sociales, se les señala por “no hacer nada” o por reaccionar con aparente indiferencia. Sin embargo, desde la perspectiva técnica de la psicología de emergencias, lo que ocurrió es un fenómeno completamente natural: el efecto del shock psicológico.
1. El cerebro bajo estrés extremo
Cuando una persona se enfrenta a una situación inesperada y traumática, el cerebro entra en un estado de hiperactivación fisiológica. La amígdala, encargada de procesar el miedo, toma el control y el pensamiento racional queda temporalmente bloqueado.
Este mecanismo, conocido como respuesta de congelamiento o “freeze”, es tan común como las reacciones de huida o ataque. La persona no “elige” quedarse quieta; su sistema nervioso lo hace por ella, priorizando la autoprotección mientras intenta comprender lo que ocurre.
2. No es falta de empatía: es biología y falta de entrenamiento
Desde la intervención en crisis sabemos que la primera barrera ante la acción es el shock. Los civiles, al no contar con entrenamiento previo, no tienen referencias mentales de qué hacer. Sin protocolos internos ni experiencia previa, el cuerpo se queda en modo observación.
Los rescatistas, en cambio, aprenden a romper ese bloqueo inicial mediante entrenamiento progresivo y simulaciones controladas que “reprograman” la respuesta natural del cuerpo ante el estrés.
3. Educación emocional para la acción
Más que juzgar la reacción del público, es momento de promover una cultura de preparación psicológica ante emergencias. La capacitación no solo salva vidas, sino que protege la salud mental de quien actúa. Aprender a reconocer el shock, a estabilizar a otros testigos y a activar los recursos de respuesta adecuada, son habilidades tan valiosas como el conocimiento de primeros auxilios médicos.
4. Capacitación para cuerpos de emergencia y civiles
Desde la experiencia bomberil y con fundamentos en la psicología de la emergencia, se están desarrollando programas de formación especializados que abordan:
Manejo del estrés agudo y desensibilización controlada. Intervención psicológica inmediata en crisis. Comunicación efectiva y liderazgo emocional en el caos. Primeros auxilios psicológicos para rescatistas y civiles.
Estos cursos no solo fortalecen la capacidad de respuesta ante desastres o accidentes, sino que también ayudan a entender y manejar las reacciones humanas bajo presión, evitando juicios injustos y fomentando una sociedad emocionalmente más preparada.
 
					