Las protestas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han cumplido ya tres semanas sin que el Gobierno federal muestre intención de ceder a las exigencias del magisterio. Mientras las afectaciones económicas superan los 15 mil millones de pesos, la Presidencia mantiene un discurso de diálogo que en los hechos, acusan los maestros, ha sido pura simulación.

A pesar del desgaste y la falta de avances en la mesa con la Secretaría de Gobernación, los líderes de la CNTE aseguran que la huelga ha sido un “éxito” en términos de movilización y visibilidad. El plantón en el Zócalo capitalino, lejos de debilitarse, ha recibido refuerzos de contingentes como la CETEG de Guerrero y mantiene su permanencia indefinida.

Pedro Sánchez, de la Sección 9, consultado por medios nacionales, reprochó que tras años de exigencias, el Gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación sigue sin responder a temas torales como la abrogación de la Ley del ISSSTE. “La actual presidenta prometió abrogarla durante su campaña. El argumento del sexenio pasado fue que no había mayoría calificada en el Congreso; ahora, simplemente dicen que no hay dinero”.

Sánchez también denunció una campaña de “linchamiento” en su contra por supuestos vínculos con la ultraderecha, lo que calificó como una estrategia para deslegitimar al movimiento. “Negamos categóricamente esos señalamientos. Esta huelga ha mostrado un crecimiento cualitativo y cuantitativo con la incorporación de 34 secciones del país”.

Y es que de acuerdo a los dirigentes como la guerrerense Elvira Veleces, en la última reunión sostenida en Gobernación, los funcionarios federales, mantuvieron una postura inflexible. “Repitieron una y otra vez que tenemos que aceptar lo que ellos plantean, sin mover ni una coma. Les falta voluntad política”.

Por su parte, Yenny Aracely Pérez, secretaria general de la sección 22 de Oaxaca, negó divisiones internas. “Nos están tratando de dividir desde el Estado. Pero aquí estamos, y seguiremos mientras nuestras bases lo determinen”.

Las decisiones sobre las siguientes acciones se tomarán en asambleas nacionales. No obstante, los docentes han advertido que, de continuar el nulo avance, podrían reorganizarse para nuevas movilizaciones desde sus estados. “Están muy cerrados. Esta vez no estamos todos, algunos compañeros tienen temor a represalias, pero vamos a continuar”, sostuvo Miguel García, de la Sección 22, consultado por medios nacionales.

Otro maestro de la CETEG fue más directo: “La presidenta nos ha mentido, nos ha traicionado. Está donde está gracias al magisterio de izquierda, y hoy se niega a negociar”.

Sobre los daños a instalaciones de la Segob que fueron condenados por el Gobierno, Veleces respondió: “Violencia es la sordera institucional, la indiferencia ante nuestras demandas, el incumplimiento de promesas. Repiten prácticas de gobiernos anteriores y eso indigna”.

Golpe a la economía

Mientras tanto, los efectos económicos se acumulan. La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur) informó que las pérdidas económicas por las manifestaciones superan ya los 15 mil millones de pesos.

Según su reporte, las ventas han caído hasta 50 por ciento en zonas como la CDMX, Oaxaca, Chiapas, Zacatecas, Guerrero, Chihuahua, Baja California Sur y Yucatán. Tan solo en el Centro Histórico de la capital, más de 30 mil establecimientos han sido afectados por cierres viales y la falta de clientes. Se estima que un millón de personas al día han dejado de acudir a tiendas, restaurantes y servicios turísticos.

A pesar de las cifras, el Gobierno federal continúa sin modificar su propuesta ni abrir espacio para una negociación real. La cerrazón, acusan los docentes, es hoy el verdadero rostro de una administración que prometió diálogo y transformación.

Mientras el plantón sigue firme, las aulas siguen vacías.