A pesar de que la presidenta Claudia Sheinbaum autorizó desde octubre del año pasado los recursos para apoyar a los estudiantes de medicina durante su internado y servicio social, los alumnos de la Universidad del Bienestar Benito Juárez (UBBJ) en Ticul, Yucatán, siguen sin recibir sus becas. La omisión ha obligado a muchos de ellos a dormir en hospitales, pedir comida prestada o sobrevivir gracias a la caridad.
Se trata de la primera generación de la licenciatura en Medicina Integral y Salud Comunitaria, una de las carreras emblema del proyecto educativo impulsado por el gobierno federal para formar médicos comunitarios. Sin embargo, desde que concluyeron su etapa regular de estudios y pasaron al internado médico, hace casi dos años, los apoyos económicos que solían recibir —5 mil 800 pesos bimestrales— han desaparecido.
El 23 de octubre de 2024, en una conferencia de prensa, Claudia Sheinbaum corrigió públicamente a Raquel Sosa, directora general de las Universidades del Bienestar, quien había afirmado que no había presupuesto autorizado para ese fin. “Ayer lo dijimos, que sí (se darían los apoyos)”, respondió Sheinbaum. La funcionaria celebró la noticia en tono irónico: “Aleluyas, maravilla, qué bueno”.
Sin embargo, siete meses después, las becas no se han hecho efectivas.
Los estudiantes de la sede Ticul no han tenido un camino fácil desde que comenzaron la carrera en 2019. Los primeros semestres los cursaron en instalaciones prestadas por una secundaria local, y después enfrentaron la pandemia sin clases presenciales ni prácticas clínicas. Tuvieron acceso a un edificio propio apenas en 2021, pero sin convenios con hospitales para hacer prácticas profesionales.
En el último tramo de su formación, el internado y el servicio social, ambos obligatorios para obtener su título y cédula profesional, la falta de apoyos económicos se ha convertido en un obstáculo más. Los estudiantes deben trasladarse a comunidades marginadas y costear renta, alimentación y transporte. Al no recibir su beca, han optado por dormir en hospitales, bañarse en clínicas y comer lo que puedan conseguir con donaciones.
De acuerdo con los testimonios, los intentos por obtener una respuesta de las autoridades han sido infructuosos. “Nos dejan en visto. Nadie contesta. Hemos mandado correos, mensajes, pero no hay respuesta”, denunció uno de los alumnos.
La presidenta Sheinbaum ha presumido en distintos foros un aumento significativo en la formación de médicos y especialistas, señalando que en 2025 habrá 18 mil 800 plazas para residentes, frente a las 6 mil que existían en 2011. No obstante, los estudiantes de las Universidades del Bienestar siguen a la espera de los apoyos que les prometieron.
Y desde que se hizo pública esta información la Coordinación Nacional de las Universidades del Bienestar no ha emitido una postura oficial sobre el retraso en la entrega de las becas, pese a que el compromiso presidencial está documentado públicamente.
La Universidad del Bienestar fue concebida como una alternativa gratuita para estudiantes de zonas marginadas que desean convertirse en profesionales con vocación comunitaria. Sin embargo, para los estudiantes de medicina en Ticul, la promesa de una formación digna sigue incompleta.