La gobernadora de Campeche, Layda Sansores, provocó polémica al referirse a los homicidios registrados en su estado durante el primer semestre del año. En el marco del Consejo Nacional de Seguridad Pública, la mandataria reconoció un alza del 260 por ciento en los asesinatos, pero reclamó la manera en que se mide el fenómeno: “Son 17 homicidios nada más en Campeche”, dijo.

Sansores pidió que las comparaciones estadísticas no se realicen de forma que pongan en evidencia a entidades pequeñas como Campeche, pues, señaló, “cada mes nos duele mucho escucharlas”.

El Gabinete de Seguridad reportó que el estado pasó de cinco homicidios dolosos en un semestre a 17 en el siguiente. Aunque reconoció el incremento, la gobernadora argumentó que en entidades con características similares se contabilizan más de 300 crímenes: “Cuando otro estado tiene 300 y tantos homicidios y bajan frente a los muchos que se tenían, se reconoce un esfuerzo; en estados pequeños, por más que hagamos, es difícil revertir las cifras”.

En su intervención, Sansores insistió en que los datos generan percepciones negativas amplificadas por la prensa y las redes sociales, y apuntó directamente a medios de comunicación vinculados a Alejandro Moreno, exgobernador de Campeche: “Está en todos los periódicos, que además son de ‘Alito’, pero también en todas las redes”.

La mandataria aprovechó el encuentro para reclamar mayores recursos federales destinados a la seguridad. Señaló que Campeche ha invertido en infraestructura como el C5, pero depende de la Ley de Coordinación Fiscal: “Si hoy el petróleo está mal, somos los que padecemos las consecuencias. Hay cosas que deben reconsiderarse”.

Sansores salió de Palacio Nacional sin dar declaraciones a la prensa, alegando estar afónica. No obstante, más tarde calificó de “histórico” el Primer Informe de Gobierno de Claudia Sheinbaum, aunque esquivó cuestionamientos sobre la polémica por censura en medios locales, luego de que un tribunal ratificara la designación de un interventor en el diario Tribuna.

Las declaraciones de la gobernadora reavivaron críticas sobre la manera en que algunos mandatarios abordan la violencia en sus entidades, particularmente cuando el discurso busca matizar las cifras frente a la percepción social de inseguridad.