San Cristóbal de las Casas, Chiapas.- La reaparición del gusano barrenador del ganado, erradicado en México por cuatro décadas, ha encendido alertas en el sector agropecuario. Desde noviembre de 2024, se han confirmado 886 casos, el 55% en Chiapas, vinculados al ingreso de ganado infectado desde Centroamérica.
El transporte diario de hasta 4 mil cabezas de ganado por la frontera sur enfrenta críticas por inspecciones superficiales. Aunque el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA) emite certificados y aretes de identificación (150 pesos por animal), ganaderos denuncian que estos documentos se falsifican en el mercado negro (hasta 2 mil pesos por res). Además, las revisiones físicas exhaustivas solo ocurren en Veracruz, a 550 km de la frontera, lo que genera estrés y mortalidad en el ganado.
Ante el brote, México y Estados Unidos han liberado 885 millones de moscas estériles en Tabasco, Chiapas y Campeche para interrumpir el ciclo reproductivo del parásito. Sin embargo, productores como Juan de Dios Lastra (Palenque) exigen inspecciones in situ con binomios caninos, método que detecta heridas mínimas en el ganado.
El Servicio Nacional de Sanidad (Senasica) delegó en 2023 la supervisión al OIRSA, pero no respondió a solicitudes de entrevista. En un comunicado, destacó la colaboración con EUA y la aplicación de baños antiparasitarios en corrales, medida que, según ganaderos, no se implementó a tiempo.
El diputado Rubén Zuarth (PRI) subrayó que el 55% de los casos se concentra en Chiapas, zona crítica por su actividad ganadera. “Urgen controles rigurosos en la frontera, no solo en el interior”, afirmó. Mientras, el sector exige frenar la venta ilegal de aretes y certificados, que usan datos de ranchos legales para blanquear ganado enfermo.