En medio de señalamientos por su cercanía con Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad en Tabasco hoy prófugo, el senador Adán Augusto López Hernández reapareció este domingo durante la octava sesión extraordinaria del Consejo Nacional de Morena… y lo hizo arropado por los suyos.
Mientras la dirigencia del partido sesionaba para definir su ruta rumbo a 2027, el exsecretario de Gobernación fue recibido con aplausos, vítores y un coro que coreaba: “¡No estás solo!”.
El respaldo vino de mandatarios estatales como Mara Lezama (Quintana Roo), Alfredo Ramírez Bedolla (Michoacán) y Víctor Castro Cosío (Baja California Sur), así como del columnista Pedro Miguel. La dirigencia del partido, en cambio, optó por la mesura.
Aunque su nombre no figuraba como tema del día, Adán Augusto se convirtió en el centro de la sesión. El exgobernador tabasqueño es señalado por haber nombrado a Bermúdez Requena como su secretario de Seguridad en 2019, hoy acusado de vínculos criminales y presunto fundador del grupo delictivo “La Barredora”.
La presidenta del partido, Luisa María Alcalde, fue tajante: “Morena no protege a persona alguna, sea militante o no, que incurra en actos de corrupción o que traicione los principios que dan vida a nuestro Movimiento”, dijo desde el estrado, en un mensaje que fue replicado después por la dirigencia nacional en un comunicado.
Evasivo y sin dar la cara
Pese a la presión mediática, López Hernández evitó a la prensa. Llegó al hotel Barceló por el estacionamiento y entró por una puerta trasera. A su paso, ignoró preguntas sobre su relación con Bermúdez y rechazó las comparaciones con el caso de Genaro García Luna: “Es politiquería”, dijo escuetamente.
Más tarde, abandonó el recinto sin votar los acuerdos de la sesión y sin ofrecer nuevas declaraciones: “Ya declaré en la mañana”, se limitó a responder.
Su ausencia se notó en la foto oficial del Consejo Nacional de Morena, tomada al término de la reunión.
Unidad a toda costa
En su intervención, Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional y Gobernador de Sonora, pidió cerrar filas para evitar una fractura interna que, advirtió, algunas voces malintencionadas buscan provocar.
“Nadie está por encima del proyecto. Nadie tiene derecho a adelantarse, ni a imponer su voluntad, ni a chantajear con la ruptura si no se le concede aquello a lo que aspira”, dijo, en referencia velada a los ánimos sucesorios que ya se asoman en Morena rumbo a 2027.
Negación de la crisis
Desde la dirigencia, se negó que el caso Bermúdez-Adán Augusto represente una crisis. “Se trata de una sola persona”, minimizó Carolina Rangel, secretaria general del partido, quien confirmó que los derechos de militancia del exfuncionario están suspendidos y que su expulsión está en proceso.
Ese mismo tono marcó la narrativa del Comité Ejecutivo Nacional, que por la tarde emitió un comunicado titulado “¡No somos iguales!”, en el que reiteró que Morena “no encubre ni encubrirá a nadie”.
Reacomodos y ausencias
La sesión también sirvió para aprobar la creación de una comisión que vigilará quién puede sumarse al partido. Entre los ausentes figuraron López Beltrán, secretario de Organización, por motivos personales, y Ricardo Monreal, coordinador de los diputados, de vacaciones.
En paralelo, Adán Augusto sostuvo una reunión previa con líderes parlamentarios y gobernadores, entre ellos Javier May, actual mandatario de Tabasco, quien ha denunciado públicamente a “La Barredora”, presuntamente fundada por Bermúdez Requena.
Aunque ambos estuvieron en el mismo salón, no se confirmó si cruzaron palabra. Ya en el pleno, el senador guinda apenas saludó con una palmada al gobernador chiapaneco Eduardo Ramírez, pero evitó contacto con los mandatarios al fondo, entre ellos May.
Así, el Consejo Nacional que se planteaba técnico y estructural, terminó convertido en un acto político para contener daños y proteger, al menos simbólicamente, a uno de los suyos.