julio 23, 2021
La organización Equidad de Género compartió a través de sus redes sociales una guía de “Cómo construir hogares participativos”, en donde buscan concientizar a la población sobre el trabajo doméstico no remunerado y las actividades de cuidado que no son pagadas en el contexto de nuestro país, así como el impacto que tienen estas labores en nuestra cotidianidad.
En conjunto con @FondoSemillas, @CNDH @IpasMEX @ISBeauvoir @GIRE_mx @CIEGUNAM @yocuidomexico @FESMEX @boell_MXCA @fesminismos @EcoFeminita @inmujeres @RedCuidadosMx @IMMORELOS @oxfammexico, la organización Equidad de Género presentó el día de ayer esta guía en donde se habla de las labores domésticas y como realizar actividades con distribución entre los miembros de la familia.
“Limpiar, barrer, cocinar, cuidar… 75% de este trabajo doméstico y de cuidados no remunerado es realizado por las mujeres y los hombres aportan 25% a estas actividades. Aquí la guía “Cómo construir hogares participativos” de @equidadmx y @FondoSemillas”, compartió la organización en sus redes sociales, adjuntando el archivo.
Las actividades domésticas y de cuidados se piensan como resposabilidad de las mujeres, pues se no has inculcado que tienen «habilidades naturales», para realizar dichas tareas a diferencia de los hombres a quienes se les relaciona como proovedores económicos de los hogares, deslindando las actividades de la casa.
En el documento se explica lo que significa el trabajo y que no siempre es remunerado, como el caso de las labores domésticas, en donde invitan a reflexionar sobre las actividades que realizar en su mayoría de las ocasiones, son ejercidas por las mamás, cuestionando si en algún momento se han preguntado cómo se realizarán las acciones sin no se ejecutarán.
De igual manera, en el documento se resaltan las 3R, las cuales son fundamentales en el ejercicio de la repartición de las actividades familiares, en las que resaltan el RECONOCER, REDUCIR Y REDISTRIBUIR, estos ejercicios que mantienen el flujo de las labores domésticas.
La implementación de estas 3R, ofrecen un nuevo panorama en la distribución de las labores domésticas, reestructurando la forma en la que se realizan las actividades en casa, así como concientizar sobre la remuneración por estas labores, las cuales históricamente han servido como un sistema de violencia de género y laboral en el país y en el mundo.