En su primer informe de gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo destacó que para el ciclo escolar 2024-2025 la matrícula nacional alcanzó los 34.4 millones de estudiantes, de los cuales 23.1 millones corresponden a educación básica, lo que representa una cobertura del 89.3% en la población de entre tres y 14 años.

Sin embargo, las cifras contrastan con la realidad: en el mismo periodo, 994 mil 219 alumnos de primaria, secundaria y media superior abandonaron las aulas, de acuerdo con datos de la organización Educación con Rumbo.

Crece el abandono escolar

El fenómeno de la deserción ha mostrado un repunte. Mientras en el ciclo 2023-2024 se reportaron 438 mil 675 estudiantes que dejaron sus estudios, para el periodo siguiente la cifra ascendió a casi un millón, lo que representa 555 mil 544 casos más.

Entre ambos ciclos, la matrícula se redujo en 548 mil 998 alumnos de nivel básico y en 16 mil 81 del medio superior. El único incremento se registró en educación superior, con 126 mil 404 estudiantes adicionales, en su mayoría inscritos en la modalidad no escolarizada.

Para Educación con Rumbo, la magnitud del abandono escolar es “inaceptable” y refleja un estancamiento en las estrategias de permanencia. La organización advierte que los datos desmontan cualquier discurso que intente minimizar la dimensión de la crisis educativa.

Becas, sin freno a la deserción

Sheinbaum presumió que más de 13 millones de estudiantes reciben algún tipo de beca, con incrementos de 58% en la Beca Universal de Educación Básica Rita Cetina y de 64.2% en la Beca Universal de Educación Media Superior Benito Juárez.

De acuerdo con el Banco del Bienestar, el presupuesto destinado a estos apoyos ha crecido de manera sostenida en los últimos cinco años. Tan solo la beca para educación básica pasó de 31 mil 705 millones en 2021 a 41 mil 611 millones en 2025.

Pese a este esfuerzo financiero, especialistas señalan que las transferencias económicas no atacan las causas de la deserción. Patricia Ganem, investigadora de Educación con Rumbo, considera que factores como el aburrimiento, la desmotivación, la reprobación o la falta de opciones educativas con pertinencia explican buena parte del abandono escolar.

Por su parte, Juan Martín Pérez, de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, apuntó que además de los embarazos adolescentes y las uniones tempranas, la pandemia de COVID-19 marcó un antes y un después en la permanencia escolar, sin que existieran programas de reincorporación efectivos.

El especialista agregó que la principal causa histórica de la deserción sigue siendo la necesidad económica: aunque la educación es gratuita, los gastos de transporte, útiles y manutención orillan a los jóvenes a trabajar y, eventualmente, dejar la escuela.

“Con 800 pesos mensuales de beca no se cubre ni el transporte y los alimentos, menos aún las dificultades familiares que enfrentan”, subrayó Pérez.