En medio del repunte de violencia y el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó ayer desde Palacio Nacional el Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, una estrategia que promete reforzar la presencia federal y dinamizar la economía local con 57 mil millones de pesos.

La apuesta incluye 12 ejes y más de 100 acciones. Sin embargo, el anuncio llega en un estado donde la desconfianza social se mide en años y en cuatro intentos gubernamentales de lo mismo. Y es que Michoacán ha sido laboratorio, y cementerio, de estrategias federales de seguridad desde hace casi dos décadas.

Un estado acostumbrado a los anuncios

El plan presentado se suma a una larga lista de intentos para pacificar la entidad, que ha padecido ciclos de violencia y militarización desde 2006:

  1. Felipe Calderón (2006): Inicio de la “guerra contra el narco” con el Operativo Conjunto Michoacán. Miles de militares desplegados; el crimen organizado se fragmentó y amplió su control territorial.
  2. Enrique Peña Nieto (2014): Creación del Comisionado para la Seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo. Se impulsaron guardias civiles y coordinación federal, pero el esquema terminó entre cuestionamientos y señalamientos por violaciones a derechos humanos.
  3. Andrés Manuel López Obrador (2018-2024): Estrategia de “abrazos, no balazos”, expansión de la Guardia Nacional y programas sociales. La violencia no cedió; Michoacán cerró 2023 como uno de los estados con más homicidios y presencia de grupos armados.
  4. Claudia Sheinbaum (2025): Nuevo plan integral con enfoque militar, económico y social, tras el asesinato de un alcalde en funciones.

Pese a los cambios de gobierno y discurso, la constante ha sido la presencia de Fuerzas Armadas y el fortalecimiento de cárteles locales, como el CJNG y remanentes de Los Viagras y La Familia Michoacana.

En números: blindaje militar y expansión social

El Plan Michoacán despliega una operación de gran escala:

Fuerzas Armadas

  • 10,506 elementos de Sedena y Guardia Nacional
  • 1,781 elementos de Marina
  • 5 helicópteros, drones, sistemas antidrones y vehículos desminadores
  • Operación Contención con 4 mil 140 elementos para “sellar” el estado
  • Acciones concentradas también en la franja costera: Lázaro Cárdenas, Aquila y Coahuayana

Desarrollo económico y social

  • 292 mdp para el campo y 1,509 mdp en créditos
  • Aumento de beneficiarios de Sembrando Vida de 10 mil a 18 mil para 2026
  • 216 mdp para compra de maíz a pequeños productores
  • 502 mdp para iluminar Michoacán
  • 1,390 mdp en conectividad digital
  • Promoción turística y festivales internacionales

Infraestructura

  • 13 mil mdp en carreteras principales
  • 25 mil 914 mdp para proyectos carreteros adicionales
  • 8 mil 186 mdp para modernización de vías federales
  • 1,455 mdp en caminos artesanales

¿Nuevo modelo o reciclaje de estrategias?

El plan combina despliegue militar, inversión social y obras públicas: una mezcla que recuerda a esfuerzos previos. Aunque Sheinbaum aseguró revisiones cada 15 días, especialistas señalan que las experiencias pasadas advierten un riesgo: la militarización sin instituciones locales sólidas puede profundizar la violencia en lugar de reducirla.

Además, la extorsión, del limón al aguacate, del transporte al comercio, sigue siendo uno de los pilares del crimen en Michoacán, fenómeno que hasta ahora ha resistido operativos federales.

La pregunta de fondo

El Gobierno Federal afirma que esta vez será diferente. Pero en Michoacán, cada despliegue llega sobre una historia de promesas rotas.

Mientras tanto, familias, empresarios y autoridades municipales siguen viviendo con miedo, y el estado continúa defendiendo su sobrevivencia entre cuarteles, retenes y cosechas vigiladas.

La violencia ha demostrado ser más persistente que los planes. El desafío del nuevo gobierno será evitar que este anuncio se sume a la lista de estrategias que, pese a las cifras y discursos, no lograron devolver la paz a Michoacán.