Pese a tener conocimiento de dos fugas de hidrocarburos frente a las costas del municipio de Paraíso, Tabasco, Petróleos Mexicanos (Pemex) mantuvo en silencio los derrames ocurridos entre abril y mayo de este año. La petrolera estatal notificó las fugas a autoridades reguladoras, pero no emitió información pública hasta días después de que playas del Golfo ya estaban contaminadas con chapopote.

De acuerdo con una nota de antecedentes elaborada por fuentes gubernamentales, Pemex reportó el primer incidente el 26 de abril a las 19:00 horas. Informó entonces sobre la llegada de hidrocarburo a diversas playas y activó recorridos, así como acciones de contención. Sin embargo, en ese momento no localizó el punto exacto de la fuga ni proporcionó el volumen del derrame.

Fue hasta el 3 de mayo, a las 20:00 horas, que la empresa notificó oficialmente una «pérdida de contención» en el ducto D-0017 (Línea 1), de 36 pulgadas de diámetro, que transporta aceite desde la plataforma Akal-C hasta la Terminal Marítima de Dos Bocas (TMDB). Para entonces, ya se habían movilizado embarcaciones y se realizaban acciones de limpieza en el mar.

No fue sino hasta el 4 de mayo que el Ayuntamiento de Paraíso confirmó en redes sociales la presencia de chapopote en sus playas. Emitió entonces una bandera negra —que prohíbe ingresar al mar— aunque dejó el acceso libre a la zona costera. Ese mismo día, según reportes no oficiales, Pemex localizó finalmente el punto de fuga e implementó una reparación provisional del ducto.

La Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) fue notificada y, de acuerdo con la misma nota, ya aplicaba desde el 25 de abril labores de limpieza en casi 9 kilómetros de litoral, con el apoyo de 22 trabajadores, maquinaria y herramientas manuales.

Fue apenas hasta el miércoles pasado que Pemex reconoció públicamente los hechos mediante una tarjeta informativa en la que confirmó haber atendido dos fugas con la instalación de abrazaderas metálicas. La empresa indicó que se preparaba para verificar la hermeticidad del ducto antes de ponerlo nuevamente en operación.

Hasta el momento, Pemex no ha informado sobre el volumen total derramado ni sobre posibles afectaciones ambientales.