A diez años de la muerte de Marisol López Pérez en el Hospital Rural del IMSS en Bochil, Chiapas, el Instituto Mexicano del Seguro Social ofreció este lunes una disculpa pública por las omisiones médicas que derivaron en su fallecimiento. Sin embargo, persisten las causas estructurales que dieron origen a la tragedia.
Marisol, de 30 años, murió el 20 de julio de 2015 luego de que se le practicara una cesárea de emergencia debido a un desprendimiento prematuro de placenta, sin contar con los recursos suficientes para su atención y con un traslado hospitalario retrasado por más de seis horas. Cuando fue finalmente enviada a Tuxtla Gutiérrez, ya había perdido la vida.
La disculpa se emitió en cumplimiento de una recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que desde 2018 había establecido medidas de reparación y no repetición.
Entre ellas, figuran la habilitación de un banco de sangre, contratación de personal médico especializado y mejoras en infraestructura y equipamiento. No obstante, muchas de estas acciones siguen pendientes.
Desde 2015, el IMSS ha recibido al menos 20 recomendaciones por violencia obstétrica en distintos hospitales del país. Solo en Bochil, Chiapas, la CNDH ha documentado otros dos casos similares: uno en 2013 que derivó en la muerte de una recién nacida y otro en 2022 que involucró la atención inadecuada a una mujer indígena tsotsil y su bebé.
A pesar del acto simbólico de disculpa, las deficiencias en el sistema de salud que originaron estas muertes maternas continúan sin resolverse.