A fin de evitar conflictos internos y asegurar una transición ordenada en el Senado, las dirigencias parlamentarias de Morena, Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM) acordaron que ningún legislador que tenga la mira puesta en una gubernatura para 2027 podrá presidir la Mesa Directiva en el próximo periodo legislativo.
El pacto, suscrito por Adán Augusto López Hernández (Morena), Manuel Velasco (PVEM) y Alberto Anaya (PT), ya ha tenido sus primeras consecuencias. Las senadoras morenistas Imelda Castro y Andrea Chávez, quienes figuraban como aspirantes para suceder a Gerardo Fernández Noroña a partir del 1 de septiembre, anunciaron que declinan su interés por la presidencia del Senado.
Fuentes parlamentarias señalaron que el acuerdo fue promovido para “evitar problemas entre las bancadas”, considerando las tensiones que podrían desatarse al mezclar intereses legislativos con cálculos electorales a futuro.
Imelda Castro, quien ya había manifestado abiertamente su intención de presidir la Mesa Directiva, dio marcha atrás tres días después. La legisladora es una de las figuras que suenan para la gubernatura de Sinaloa en 2027, lo que la colocaría en competencia directa con su compañero de bancada, Enrique Inzunza, ex secretario de Gobierno del actual mandatario Rubén Rocha Moya.
En el caso de Andrea Chávez, senadora por Chihuahua, también se perfilaba como posible contendiente, pero tras el acuerdo de los líderes parlamentarios optó por centrarse en su estrategia política rumbo a 2027.
Quien sí mantiene firme su aspiración a la presidencia del Senado es la senadora Verónica Camino, de Yucatán, ya que su posible candidatura a la gubernatura estatal está prevista para 2030, fuera del periodo señalado en el acuerdo.
En la contienda por la Mesa Directiva también se mencionan otros nombres como Laura Itzel Castillo, propuesta por Fernández Noroña; la chiapaneca Sasil de León, y la petista Geovana Bañuelos, quien recientemente recibió una invitación por parte de Morena para postularse.
La definición de la próxima presidencia del Senado se concretará en las semanas previas al inicio del nuevo periodo legislativo, en septiembre. Mientras tanto, el acuerdo de las bancadas mayoritarias marca un precedente para separar, al menos en lo formal, la agenda legislativa de las aspiraciones electorales rumbo a 2027.