El Gobierno federal ha defendido que las recientes detenciones de mandos militares y empresarios vinculados al robo de combustible son una muestra de que se combate de frente al llamado huachicol. Sin embargo, especialistas advierten que las capturas revelan la magnitud de la corrupción incrustada en las instituciones encargadas de la seguridad nacional.

El fiscal general, Alejandro Gertz Manero, adelantó el domingo que en los próximos días se ordenarán “muchas más” detenciones, incluso de funcionarios de alto rango, dentro de las redes de extracción ilegal de hidrocarburos. El anuncio ocurre tras la captura de un alto oficial de la Secretaría de Marina relacionado con el exjefe de la Armada de México, arrestado junto con otros 13 funcionarios y líderes empresariales en el norte del país.

Las autoridades han presentado el caso como un golpe a las estructuras del huachicol, delito que en cinco años le ha costado a Pemex alrededor de tres mil 800 millones de dólares. El combustible se extrae de manera ilegal de ductos o ingresa de contrabando desde Estados Unidos, principalmente desde Texas, evadiendo impuestos.

La operación coincidió con la visita del secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, quien presionó a México para endurecer el combate al contrabando de combustibles, una fuente creciente de ingresos para el crimen organizado.

Pese a las declaraciones oficiales, analistas consideran que los arrestos exhiben la profundidad del problema. El especialista en seguridad, David Saucedo, advirtió que “los grupos huachicoleros requieren un nivel de protección política, policial y militar” para operar con tal alcance.

Tanto Gertz Manero como el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, insistieron en que se trata de “casos aislados” en la Marina. El propio Harfuch defendió a la institución al señalar que “el actuar aislado de unos cuantos no representa el actuar de esta honorable institución”.

No obstante, la detención de 14 personas de alto perfil confirma lo que observadores han señalado durante años: las redes del huachicol no se sostienen sin complicidad oficial.