Una red de farmacias ilegales operadas por el crimen organizado, dedicadas a la falsificación y venta de medicamentos controlados, apócrifos y mezclados con drogas como fentanilo y metanfetamina, fue detectada por la Secretaría de Marina (Semar) en colaboración con una agencia de inteligencia estadounidense.

La investigación arrancó tras denuncias de pacientes con cáncer, incluidos menores de edad, que presentaron reacciones adversas al recibir tratamientos con supuestos medicamentos oncológicos en Guadalajara, Jalisco.

El caso derivó en un operativo conjunto realizado el 23 de agosto de 2024 en la colonia Huentitán El Bajo, en la capital jalisciense. Participaron la Semar, la Fiscalía Especializada en Delincuencia Organizada (FEMDO), la Agencia de Investigación Criminal de la FGR y AIT Enforcement, firma estadounidense que combate el comercio ilícito con metodologías de inteligencia militar.

Durante el cateo fue detenido Josué “N”, alias “El Tacho”, presunto operador del grupo criminal. Se decomisaron 12 mil 500 dosis de medicinas apócrifas, mil 556 cajas falsificadas vacías y documentación que detallaba el tráfico de al menos 17 fármacos diferentes, incluidos tratamientos de alto costo como Keytruda, Jevtana, Trazimera, Hemlibra y Opdivo.

El valor estimado del decomiso supera los 110 millones de pesos.

Según el informe obtenido por diario mexicano El Sol de México, la red adquiría medicamentos en farmacias sin registro sanitario, les colocaba etiquetas falsas y los vendía a sobreprecio. En algunos casos, los alteraban con sustancias ilegales, generando severos riesgos para la salud pública.

Además de los oncológicos, se traficaban fármacos como Clonazepam y Misoprostol, utilizados para tratamientos psiquiátricos o ginecológicos. Las dosis eran vendidas incluso en zonas turísticas y mediante plataformas digitales, de acuerdo con un reporte desclasificado del Departamento de Estado de Estados Unidos.

En el informe, se señala que estas farmacias ilegales, que se han convertido en un canal clave del narcotráfico farmacéutico, están ligadas a cárteles y tienen presencia en al menos ocho entidades del país, incluidas Jalisco, Ciudad de México, Morelos, Michoacán y Sinaloa.

Una amenaza persistente

El tráfico de medicinas falsificadas no es nuevo. En 2023, autoridades mexicanas clausuraron 54 farmacias ilegales. Desde entonces, la Cofepris y la Marina han desplegado operativos como “Albatros”, centrado en Quintana Roo.

La Cofepris también alertó recientemente sobre la falsificación de Ozempic, medicamento inyectable para la diabetes, que ha sido comercializado con lotes irregulares en el país.

En lo que va de 2024, se han detectado 41 farmacias ilegales, muchas ubicadas en zonas fronterizas y ciudades turísticas como Playa del Carmen, Cancún y Tulum, con un perfil de víctima extranjero: turistas estadounidenses, canadienses y europeos.

“La utilización de farmacias ilegales para distribuir medicinas mezcladas con opioides y estimulantes psicoactivos representa una amenaza creciente a la salud pública”, indica el informe del Departamento de Estado.

En paralelo, se investiga también la venta ilegal de OxyContin, Xanax, Percocet y Adderall, todos utilizados de manera irregular en tratamientos de salud mental o dolor crónico.

Las autoridades mexicanas mantienen operativos activos para desarticular estas redes que lucran con la enfermedad, la desinformación y la impunidad.