No hubo campo de exterminio, por lo que probablemente se trató de un montaje. Esa fue una de las conclusiones del fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, durante la rueda de prensa en la que dio a conocer los avances sobre el rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco.

Las indagatorias de la Fiscalía General de la República confirman lo que ya se había dicho con anterioridad: el rancho no operaba como un centro de exterminio, mucho menos como el Auschwitz mexicano, sino como un centro de entrenamiento de la delincuencia organizada.

Otra de las novedades fue que el fiscal confirmó que cuando el rancho fue descubierto por la Guardia Nacional, en septiembre de 2024, no estaban ahí las prendas de vestir que posteriormente sí fueron localizadas por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco en marzo pasado, y que presuntamente pertenecían a las víctimas.

Alejandro Gertz no descartó la posibilidad de que alguien, sin que se conozca el origen, pudiera haberse aprovechado del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco para que se encontraran algo que de origen no estaba ahí, y que fuera difundido como un centro de exterminio.