La renuncia de Alejandro Gertz Manero a la Fiscalía General de la República (FGR) cierra casi siete años de una gestión marcada por expedientes emblemáticos sin resolver, polémicas personales y una persistente deuda con la justicia: más del 90% de los delitos en el país siguen en la impunidad, el mismo punto de partida cuando asumió el cargo en 2019.
Gertz, el primer fiscal autónomo del país, llegó con la promesa de darle “respuesta global” a los problemas estructurales de procuración de justicia. Se va dejando abiertos los casos que él mismo definió como prioritarios: la Estafa Maestra, Ayotzinapa, Odebrecht, Tlahuelilpan y Segalmex, entre otros. También hereda a su sucesora investigaciones sensibles en torno al primer escándalo de corrupción del gobierno de Claudia Sheinbaum: el llamado huachicol fiscal.
Promesas incumplidas
Desde su primera comparecencia, Gertz reconoció que México vivía en un “marco de impunidad del 99%”. Aseguró que cambiaría ese panorama abordando esquemas de corrupción compleja, entre ellos la Estafa Maestra. Sin embargo, la única funcionaria que pisó la cárcel por este caso fue Rosario Robles, quien posteriormente fue absuelta. El resto del entramado que desvió más de 3 mil millones de pesos mediante universidades y empresas fantasma quedó en el limbo judicial.
El caso Ayotzinapa tampoco avanzó. Pese a insistir en que su gestión encontraría la verdad sobre la desaparición de los 43 normalistas, el proceso acumuló señalamientos por obstaculización e incluso por dinamitar indagatorias previas.
Del mismo modo, el expediente sobre la explosión en Tlahuelilpan, que dejó más de 100 muertos en 2019, permanece abierto a pesar de haber sido un evento clave en la lucha contra el robo de combustible.

Segalmex
La administración federal reconoció una afectación patrimonial superior a los 2 mil 700 millones de pesos en Segalmex, el peor caso de corrupción documentado en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Aun así, la FGR no logró recuperar todos los recursos ni procesar a la totalidad de los implicados. El propio presidente calificó el fraude como “una mancha” de su gobierno.
La gestión del fiscal también estuvo rodeada de episodios controvertidos: el intento de encarcelar a familiares políticos, la persecución penal contra científicos del Conacyt y el proceso contra la familia Jenkins, todos cuestionados por irregularidades.
El primer escándalo del sexenio de Sheinbaum
En los últimos meses, la FGR abrió una investigación por una red de huachicol fiscal operada desde aduanas bajo control de la Marina. Catorce personas fueron detenidas, entre ellas seis marinos y un vicealmirante vinculado a la cúpula naval del sexenio pasado.
El caso golpeó de lleno la narrativa de que la militarización erradicaría la corrupción en los puertos. Sin embargo, hasta ahora no se conocen resultados concretos en las indagatorias.
La FGR surgió en 2014 como respuesta a las críticas hacia la PGR. Pero la discusión pública se centró en evitar la llegada de un “fiscal carnal” cercano al poder. Finalmente, el Senado eligió a Gertz Manero en 2019 con 91 votos.
Su mandato debía terminar en 2028. Se va dos años antes y con la misma exigencia que enfrentó desde el primer día: un sistema incapaz de revertir la impunidad estructural.La nueva encargada de despacho, Ernestina Godoy, recibe una institución con deudas históricas y expedientes que se han convertido en símbolos de la falta de resultados. La salida del fiscal abre una oportunidad para retomar casos que han marcado tres sexenios y que siguen esperando justicia.