El 3 de noviembre de 2022, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) solicitó un permiso ambiental para levantar un “alojamiento para personal de seguridad” en la zona arqueológica de Uxmal. Sin embargo, sobre ese mismo predio de más de 40 hectáreas hoy se levanta un hotel turístico de lujo operado por el Ejército, con 160 habitaciones, alberca, gimnasio, spa y estacionamiento para más de 200 vehículos.
El proyecto, presentado originalmente ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), fue aprobado de forma exprés en tan solo una semana, cuando este tipo de procedimientos suelen tardar meses. La autorización provisional fue otorgada a pesar de que los planos entregados describían una infraestructura que poco o nada tiene que ver con un simple alojamiento para militares.
Unas semanas después, el 24 de noviembre, la Sedena modificó el nombre del proyecto por el de “Construcción de un Hotel en Nuevo Uxmal” y reconoció que el objetivo era brindar hospedaje a turistas que visitan la zona arqueológica. La obra fue autorizada sin consulta pública y sin transparencia: la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), supuestamente disponible para consulta en la página de Semarnat, no se encuentra en línea.

Para organizaciones sociales, como el Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil (CRIPX), el procedimiento es un ejemplo claro de “engaño institucional” en el que participaron diversas instancias del Gobierno federal, incluido el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que avaló la viabilidad del proyecto. “La lógica del gobierno y del Ejército parece ser primero construir y luego pedir perdón”, advierte Romel González, abogado del CRIPX.
El permiso definitivo fue publicado hasta el 27 de marzo de 2025 en la Gaceta Ecológica, con el nombre original del proyecto: “alojamiento para el personal que brinda el servicio de seguridad”, pese a que el inmueble opera abiertamente como hotel turístico.

Control militar y falta de transparencia
De acuerdo a la información publicada en el reportaje del diario Animal Político, el hotel ubicado en el Parque Nacional Nuevo Uxmal, el cual espropiedad del Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares Olmeca-Maya-Mexica (GAFSAOMM), empresa controlada por la Sedena, el hotel fue construido sin que la población local fuese informada ni consultada. A la entrada del parque, los visitantes se encuentran con un retén militar que solicita documentos antes de permitir el acceso.
El acceso cuesta 140 pesos para turistas nacionales, quienes recorren un camino a pleno sol hasta un pequeño zoológico con animales en cautiverio.

No es un caso aislado
La práctica se repitió en otros puntos del Tren Maya. En febrero de 2023, Sedena solicitó a Semarnat una autorización provisional para otro supuesto “alojamiento militar” en Calakmul, Campeche. Lo que hoy se construye allí es un hotel turístico de dos pisos, con cuatro torres, 144 habitaciones y estacionamiento para 400 vehículos, dentro de la Reserva de la Biósfera.
Ambos proyectos son parte del esquema de militarización de los servicios turísticos vinculados al Tren Maya, que contempla al menos seis hoteles a lo largo de la ruta. La opacidad en los permisos, el uso de figuras legales ambiguas y la ausencia de consulta a las comunidades locales son elementos que dibujan un patrón preocupante: uno donde las fuerzas armadas avanzan en megaproyectos turísticos al margen de los procedimientos ambientales ordinarios y sin rendición de cuentas clara.
