El Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), eliminado en 2019 por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, vuelve a estar en el centro del debate público luego de las inundaciones que han dejado más de 70 muertos y miles de damnificados en distintas regiones del país.
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que su gobierno presentará un informe con las “corruptelas” que marcaron la operación del Fonden, al que calificó como un esquema “burocrático, tardado y manipulado con fines políticos”. “Era un mecanismo corrupto, con todas sus letras lo digo. Es falso que fuera un sistema integral”, afirmó la mandataria.
El anuncio reaviva la discusión sobre el manejo de los recursos durante los sexenios anteriores, cuando el fondo fue dirigido por José María Tapia Franco, titular de 2013 a 2016 durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. Tapia, señalado en su momento por presuntas irregularidades en la asignación de apoyos y contratos, reapareció en los últimos años bajo nuevas siglas: hoy es militante de Morena y fue candidato de ese partido en Querétaro.
La paradoja no ha pasado desapercibida. Tapia, quien fue cercano al PRI y ocupó un escaño en el Senado, es ahora parte de las filas de la llamada Cuarta Transformación, que hace apenas unos años denunciaba al Fonden como “un instrumento del neoliberalismo para lucrar con las tragedias”.

A ello se suman los señalamientos sobre su patrimonio, revelados por la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). Según su investigación, Tapia adquirió en 2019 —un año después de dejar el Senado— una residencia valuada en un millón de dólares en la exclusiva zona de Woodlands, en Houston, y en 2023 compró un departamento de 6.5 millones de dólares en Miami. Además, posee dos residencias en el fraccionamiento “El Campanario”, en Querétaro.
Mientras el Gobierno federal asegura que hay recursos y mecanismos para atender los desastres sin necesidad del Fonden, la tragedia reciente ha reavivado el debate sobre si su desaparición debilitó la capacidad del Estado para responder ante emergencias.
La figura de Tapia y su tránsito del PRI a Morena vuelve a poner bajo la lupa a los cuadros reciclados dentro del partido oficial, justo cuando el Gobierno busca marcar distancia del pasado que, sin embargo, parece seguir presente en sus propias filas.