Los políticos de Morena que en marzo pasado le dieron la espalda a la presidenta Claudia Sheinbaum durante un mitin en el Zócalo —en respuesta a los aranceles de Donald Trump— esta vez no salieron en la foto. En el festejo por el primer año de Gobierno de la mandataria, fueron ubicados detrás de vallas metálicas, en un área apartada del templete principal.
“Hoy nos encorralaron, para no cometer aquel error”, ironizó Ricardo Monreal, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, al referirse al sitio asignado a los dirigentes del partido durante el acto masivo en el Zócalo capitalino.
El legislador explicó entre risas que no lo tomó como un regaño, sino como una medida práctica y, sobre todo, como un gesto de reconocimiento hacia los grupos parlamentarios mayoritarios que han impulsado las reformas constitucionales del movimiento.
“Yo sentí un reconocimiento de ella a los senadores y diputados”, afirmó.
Ante la pregunta de si ahora sí “los pusieron en orden”, Monreal respondió: “No nos pusieron en orden; simplemente la Presidenta decidió poner unas vallas”.
El morenista destacó que el discurso de Sheinbaum fue “claro y contundente”, consolidando el proceso de la Cuarta Transformación sin romper con el legado del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Monreal también fue cuestionado sobre su conversación con el senador Adán Augusto López, señalado por presunta corrupción, momentos después del discurso presidencial.
“Yo lo respeto y lo estimo”, dijo. Además, aseguró que Sheinbaum sí saludó al exsecretario de Gobernación: “Yo los vi. Sí se saludaron y los vi muy contentos”.
Con humor político y cierta ironía, el episodio dejó claro que, en esta ocasión, Morena prefirió el “corral” antes que repetir el “descuido”.

 
					