En su afán por cumplir con la prometida consolidación fiscal, la administración federal sacrificó el gasto en infraestructura: la inversión física del sector público cayó 30.4 por ciento en términos reales durante el primer semestre de 2025, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la inversión totalizó 399 mil 711 millones de pesos, su nivel más bajo desde la crisis económica de 1995, cuando se registró una contracción de 32 por ciento en el mismo rubro.
“La caída obedece al proceso de consolidación fiscal, pero también a que ya no están los megaproyectos como el Tren Maya o la refinería de Dos Bocas”, explicó Adriana García, coordinadora de Análisis Económico en México, ¿cómo vamos?
Según la analista, el recorte evidencia que el Gobierno prefirió no tocar el gasto corriente y, en cambio, optó por frenar la inversión, una decisión que consideró política y administrativamente más sencilla, pero riesgosa para el desarrollo económico del país.
“Si el Gobierno no puede invertir, necesita crear marcos que permitan que la iniciativa privada lo haga. Urge más infraestructura energética si queremos atraer industrias intensivas en procesos productivos de la revolución 4.0”, subrayó García.
En cuanto a Pemex, advirtió que los actuales esquemas de refinación siguen sin ser rentables, por lo que planteó un cambio de rumbo en la política petrolera del Ejecutivo. “Necesitamos inversión en perforación, producción y exploración, no más dinero a un negocio que ya demostró no funcionar”.
Durante la presentación del Informe de Finanzas Públicas correspondiente al segundo trimestre, la subsecretaria de Egresos, Bertha Gómez, negó que el recorte tenga que ver directamente con la consolidación fiscal. Afirmó que en 2024 se liquidaron obras iniciadas en años anteriores y que 2026 será el año de “detonación” de la inversión pública.
“No es una caída de la inversión per se por lograr la consolidación fiscal, de ninguna manera”, aseguró la funcionaria.Para este año, el Gobierno se propuso reducir el déficit público a 3.9 por ciento del Producto Interno Bruto, desde el 5.9 por ciento registrado en 2024. Por ahora, el recorte a las obras públicas parece ser la pieza que permite que el rompecabezas fiscal cuadre.