Aunque el Paquete Económico 2026 promete impulsar la transición energética en México, más de la mitad de los recursos destinados a ese rubro terminarán financiando infraestructura ferroviaria vinculada al Tren Maya y programas relacionados con hidrocarburos, sin metas claras ni indicadores de desempeño. Así lo advierten organizaciones ambientales que analizaron el Anexo Transversal 15, donde se concentra el presupuesto federal para tecnologías y combustibles más limpios.

En total, el Gobierno federal propone 17 mil 867 millones 719 mil pesos para la transición energética. Sin embargo, cinco de los 16 programas contemplados no tienen indicadores y 53% del presupuesto se vincula directamente con proyectos ferroviarios, según el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).

La mayor parte de los recursos se concentra en la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (49%), seguida de la Comisión Federal de Electricidad (27%) y la Secretaría de Marina (9%). Pemex recibirá 8% del total, mientras que apenas 2% está destinado a la Secretaría de Medio Ambiente.

Organizaciones como AIDA, Greenpeace México, Oxfam y Engenera advierten que, pese al incremento del 53.5% respecto a este año, el monto sigue siendo insuficiente y contradictorio con los compromisos climáticos asumidos por México.

Más trenes, menos energías limpias

El análisis del CEMDA evidencia que tres programas clave —infraestructura ferroviaria para transporte de carga y pasajeros; mantenimiento del Tren Maya; y operación ferroviaria— no guardan relación directa con los objetivos de transición energética, que plantean reducir la dependencia de combustibles fósiles e impulsar energías renovables.

Por el contrario, estos proyectos están ligados al Tren Maya, obra señalada por su impacto ambiental y alta demanda energética. “El aumento no implica un verdadero avance hacia la transición energética, sino todo lo contrario”, advierte el organismo.

Además, dos programas vinculados con la política e infraestructura de hidrocarburos suman más de 2 mil 681 millones de pesos, mientras que la CFE registraría un recorte en inversión, pese a su papel estratégico en generación eléctrica.

Sin indicadores ni fondos específicos

Otro punto crítico es que el programa de infraestructura eléctrica —que representa el 27% del presupuesto del Anexo 15— carece de acciones transversales definidas, lo que impide evaluar su contribución real a la transición energética.

Las organizaciones señalan también que, por segundo año consecutivo, no se asignan recursos al Fondo para la Transición Energética, destinado a impulsar energías renovables y combatir la pobreza energética.

Exigen claridad y urgencia climática

Frente a la crisis climática y los compromisos internacionales, las organizaciones demandan una metodología clara y la creación de indicadores que permitan medir resultados, no sólo asignar recursos.

“La política pública debe responder con celeridad, priorizando acciones para reducir emisiones y adaptarse a eventos climáticos extremos”, señalaron.

En un contexto donde México busca consolidar su soberanía energética bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum, especialistas alertan que mantener el foco en el Tren Maya y los hidrocarburos podría retrasar el avance hacia una verdadera transición energética y sostenibilidad ambiental.