Organismos alertan sobre el incremento de trastornos mentales en menores; expertos advierten que la violencia y la falta de atención emocional agravan el problema
Siete de cada diez niños y adolescentes en México presentan síntomas relacionados con ansiedad o depresión, de acuerdo con estimaciones de la organización internacional Save the Children.
El fenómeno, advierten especialistas, está vinculado a la creciente violencia, la falta de atención psicológica temprana y la presión social, lo que ha convertido la salud mental infantil en una crisis silenciosa.
“Los niños han dejado de ser halcones para convertirse en armas”, señaló Dirk Glas, CEO de Save the Children, al referirse a cómo la criminalidad organizada aprovecha el abandono institucional y emocional para reclutar a menores.
En estados como Oaxaca, Michoacán, Zacatecas, Quintana Roo y Baja California, se reporta el mayor índice de jóvenes que experimentan episodios de ansiedad severa, sentimientos de desesperanza o comportamientos autodestructivos.
La situación se agrava por la escasez de servicios especializados en salud mental, especialmente en regiones rurales y marginadas. Según datos del Instituto Nacional de Psiquiatría, México cuenta con menos de un psiquiatra infantil por cada 100 mil habitantes, lo que dificulta la atención oportuna.
Frente a este panorama, organizaciones civiles insisten en que la atención emocional debe ser una prioridad de salud pública, al igual que la prevención de adicciones y la violencia doméstica, que inciden directamente en el bienestar psicológico de la niñez mexicana.