La creciente demanda de electricidad en el país, combinada con la falta de inversión pública en redes de transmisión y distribución, ha puesto al Sistema Eléctrico Nacional en una situación de riesgo que podría derivar en apagones, especialmente durante la temporada de calor extremo, alertaron especialistas en energía.

Actualmente, el Sistema Interconectado Nacional (SIN) opera con niveles de reserva cercanos al 7 por ciento, cuando lo ideal es mantener un margen superior al 10 por ciento para garantizar su confiabilidad, explicó Gilberto Sánchez, vicepresidente del consejo directivo de la Asociación Nacional de Energía Solar.

Se necesita invertir en redes de transmisión, subestaciones, transformadores… eso es lo que se necesita actualmente. Si no lo hay, el riesgo es que se repita lo del año pasado: si las temperaturas suben mucho en algunas zonas del país, habrá apagones”, advirtió en entrevista.

El especialista enfatizó que la capacidad de transportar energía no ha crecido al mismo ritmo que la demanda, lo cual genera cuellos de botella en el sistema. Paolo Salerno, abogado y experto en regulación energética, coincidió en que la infraestructura de distribución debe ampliarse con urgencia. “Cuanto más desarrollada esté esa parte, más energía se puede inyectar al sistema y mayor capacidad de respuesta hay en caso de incidencias”, explicó.

El Gobierno federal ha anunciado una inversión superior a los 9 mil millones de pesos en este rubro, y se prevé que en julio se publiquen nuevas reglas para su aplicación. Sin embargo, los especialistas advierten que el rezago ya es profundo y se requieren medidas estructurales más amplias.

Datos del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) revelan que durante la semana pasada, regiones como la zona Occidental registraron una demanda eléctrica neta de 9 mil megawatts (MW), mientras que la generación fue de apenas 8 mil 437 MW. Otras zonas, como la Peninsular, también mostraron un desfase, con una demanda de 2 mil 282 MW frente a una generación de mil 698.

La brecha entre la generación y la demanda, señalan los expertos, seguirá ampliándose si no se acelera la inversión en infraestructura eléctrica, lo que amenaza con afectar el suministro en amplias zonas del país ante condiciones climáticas extremas.