En 2018, un grupo de consultores en seguridad alertó al entonces gobernador electo de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, sobre los vínculos de Hernán Bermúdez Requena con el crimen organizado. A pesar de ello, el mandatario estatal decidió integrarlo a su gabinete como titular de la Secretaría de Seguridad Pública del estado.

Los especialistas elaboraban un programa de seguridad para el nuevo gobierno cuando advirtieron que Bermúdez Requena figuraba como “persona de interés” en bases de datos de inteligencia federal, relacionadas con actividades delictivas. La información fue confirmada por fuentes con acceso a dichos documentos.

Entonces, el señalamiento apuntaba hacia posibles vínculos con el cártel La Barredora, un grupo delictivo con operación en el sureste del país. 

Luego apareció en las filtraciones obtenidas por Guacamaya Leaks, dónde según reportes lo vinculaban con integrantes de dicha organización criminal.

A pesar de este antecedente, Bermúdez asumió la dirección de la SSP de Tabasco en 2019, e incluso estuvo en el cargo hasta el 2024 con el gobernador interino Carlos Manuel Merino (2021-2024). 

Según se dijo, el mandatario interino lo quiso destituir,  debido a que ya había información pública de las presuntas actividades delictivas de Hernán Bermúdez. Pero, no fue sino hasta los disturbios de principios de 2024 en los que se registró una ola de atracos a negocios en Tabasco, en los que el titular renunció, y ya no se supo más de su paradero.

Y es que ese fue su sello. Durante su gestión, los índices de violencia se dispararon. Datos oficiales revelan un incremento en homicidios dolosos, desapariciones y otros delitos de alto impacto en el estado.

Bermúdez Requena ya había ocupado cargos públicos en seguridad. Fue director del Centro de Readaptación Social estatal entre 1995 y 1997. Su cercanía con Adán Augusto, ambos originarios de Tabasco, habría influido en su incorporación al gabinete, pese a los señalamientos.