El mercado ilegal de combustibles no solo sobrevivió al cambio de administración federal: se fortaleció. El robo y adulteración de hidrocarburos —incluida la venta de gasolina mezclada con etanol en niveles dañinos para los vehículos— representa ya hasta 20% del consumo nacional, de acuerdo con reportes internos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y especialistas del sector energético.
El fenómeno, conocido como huachicol fiscal y huachicol adulterado, tiene hoy un alcance nacional y pone en riesgo tanto las finanzas públicas como el patrimonio de los automovilistas. Francisco “N”, quien adquirió gasolina 30% más barata en un punto clandestino, lo comprobó con su propio bolsillo. Días después de llenar el tanque de su vehículo, el motor se detuvo: el combustible era mitad gasolina y mitad etanol, muy por encima del 15% máximo que soporta un automóvil convencional.
“Fue la primera y última vez. Me dijeron que rendía igual y no sabía que podía dañar el carro”, relató.
Tomar el control del ducto, minuto a minuto
Datos de la Dirección de Logística y Salvaguardia Estratégica de Pemex revelan que, en los primeros ocho meses del gobierno de Claudia Sheinbaum, el robo de crudo vía tomas clandestinas aumentó 14%. En promedio, se perfora un ducto cada hora en el país.
Entre enero y agosto se reportaron 771 tomas clandestinas mensuales. Hidalgo encabeza la lista, seguido de Jalisco, con mil 10 perforaciones detectadas en lo que va del año; después vienen Guanajuato, Querétaro, Tamaulipas y Nuevo León.
La extracción ilegal equivale a 3.7 millones de barriles mensuales, más de 600 millones de litros, que terminan en el mercado negro, donde se distribuyen para su contrabando, uso industrial o adulteración.
Gasolina barata… y riesgosa
El combustible ilegal puede ofrecerse hasta 30% más barato que en estaciones autorizadas, pero los riesgos mecánicos son elevados.
Laboratorios privados detectan que entre 30% y 35% de las muestras que analizan presentan adulteración, principalmente por exceso de etanol. “Al momento del análisis cumplen la NOM, pero están mezcladas”, explicó Andrés Gutiérrez, director de Ciefsa.
Además, la red clandestina supera en puntos de distribución a las estaciones legales. Mientras en México operan alrededor de 14 mil gasolineras, se estima que existen más de 20 mil puntos irregulares.
Persistencia del crimen organizado
A pesar de operativos federales y decomisos, el volumen robado crece. Pemex reportó que de enero a julio de 2025 se detectaron 5 mil 400 tomas clandestinas, lo que representa pérdidas por 13 mil 122 millones de pesos en solo seis meses.
Especialistas señalan que la política de contención al huachicol en el sexenio anterior fue insuficiente. Entre 2019 y 2024 se registraron 72 mil 376 tomas clandestinas —la cifra más alta en la historia— con un costo estimado de 76 mil 795 millones de pesos.
Alerta para los automovilistas
Empresarios gasolineros consultados advierten que el problema no solo afecta a la industria formal, sino directamente al ciudadano. La recomendación es clara: evitar puntos de venta informales y verificar proveedores en zonas comerciales y de transporte.
El riesgo no está solo en el precio bajo. El daño puede llegar al motor, a los sistemas de inyección y, en casos extremos, a la pérdida total del vehículo.
Mientras tanto, el huachicol mantiene su expansión y Jalisco aparece como uno de los estados más golpeados. El reto para el Gobierno federal será frenar una industria clandestina que opera con la misma eficiencia —y, según datos, mayor extensión— que la red energética formal del país.