El homicidio del sacerdote Bertoldo Pantaleón, párroco de San Cristóbal en Mezcala, Municipio de Eduardo Neri, ha generado consternación y exigencias de justicia, mientras crece la sospecha de que el crimen esté relacionado con la disputa de grupos criminales por el control de minas en la región.

El ataque ocurrió el sábado, luego de que el sacerdote oficiara misa en Mezcala. De acuerdo con los primeros reportes, el cura se dirigía hacia la comunidad de Atzcala, una zona controlada por presuntos policías comunitarios armados que, según habitantes, pertenecen al grupo delictivo “Los Tlacos”. Este grupo, afirmaron testigos, vigila el acceso a la localidad y brinda protección a la minera Media Luna a cambio de una cuota.

“Llama mucho la atención el lugar donde ocurren los hechos. En Mezcala está una mina muy grande de oro, actualmente cerrada por un conflicto con la canadiense Equinox Gold y los ejidatarios que les rentan las tierras”, explicó Juan Angulo, director del periódico El Sur de Guerrero, en entrevista con Radio Fórmula.

Aunque hasta el momento se desconoce si el sacerdote tenía alguna postura frente al conflicto minero, Angulo señaló que se trata de una zona bajo disputa de grupos criminales, lo que ha derivado en un clima de violencia e inseguridad para los pobladores.

El caso se suma a una serie de hechos violentos registrados en municipios de la región Centro de Guerrero, donde confluyen intereses del crimen organizado, la minería y conflictos agrarios, y donde las comunidades denuncian la falta de presencia efectiva del Estado.Autoridades estatales y eclesiásticas han condenado el crimen y exigido una investigación que esclarezca si el homicidio de Bertoldo Pantaleón estuvo relacionado con los conflictos mineros o con la presencia de grupos armados en la zona.