La conmemoración por el 57º aniversario de la masacre estudiantil de 1968 se vio empañada este jueves por agresiones contra la prensa. Al menos cuatro periodistas y fotógrafos fueron golpeados en la capital del país, en hechos donde testigos señalan a elementos de la policía de la Ciudad de México, bajo el mando de Clara Brugada, jefa de Gobierno capitalina.

La movilización inició poco después de las 16:00 horas desde la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, encabezada por el Comité del 68, colectivos de madres buscadoras, padres de los 43 de Ayotzinapa, estudiantes y contingentes del llamado “bloque negro”. Este último grupo protagonizó choques con los uniformados, quienes intentaron dispersarlos con extintores cargados con una sustancia irritante, presuntamente gas pimienta o polvo de chile.

En medio de esos enfrentamientos se produjeron las agresiones a la prensa. El reportero Ramkar Cruz, de Foro TV, fue captado en video con el rostro ensangrentado en pleno Zócalo capitalino, con la sangre escurriendo por su nariz. Aunque las imágenes circularon ampliamente en redes sociales, su televisora evitó darle voz en la transmisión en vivo, lo que generó críticas en contra de la cobertura. Hasta el cierre de esta edición, ni el periodista ni la empresa N+ Foro habían emitido una postura oficial sobre su estado de salud.

Otro caso fue el de Nicolás Corte, fotógrafo de Publimetro MX, quien resultó con el pómulo abierto, el rostro inflamado y la cabeza vendada. Una fotografía difundida por su propio medio lo muestra con la ropa empapada de sangre, mientras era atendido por paramédicos en la vía pública.

También se reportaron agresiones contra David Patricio, fotógrafo de La Razón, y David de Olarte, reportero gráfico de La Prensa.

Los hechos más violentos ocurrieron en la calle 5 de Mayo y en los accesos al Zócalo, donde integrantes del bloque negro lanzaron piedras, palos, bombas molotov y artefactos explosivos contra establecimientos, en respuesta a las maniobras de contención de los policías.

La agresión contra comunicadores ocurre en un contexto delicado para la libertad de prensa en México, considerado por organismos internacionales como uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. Hasta ahora, el Gobierno capitalino no ha ofrecido una explicación sobre las agresiones sufridas por reporteros y fotógrafos en una jornada que debía honrar la memoria de los estudiantes asesinados en 1968.