Las mismas empresas que en 2023 incumplieron la entrega de medicamentos en hospitales de Morelos, durante el gobierno de Cuauhtémoc Blanco, han vuelto a ser beneficiadas con contratos millonarios. Esta vez, por parte del IMSS-Bienestar y de la actual administración estatal encabezada por Margarita González Saravia.
De acuerdo con una investigación de Animal Político, la red de compañías vinculada a Joan Christian Carmona Barón —consejero estatal de Morena y primo del exdirector de Servicios de Salud de Morelos, Héctor Barón— ha recibido adjudicaciones pese a los señalamientos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
El desabasto persiste
En comunidades como Coatetelco, uno de los municipios más pobres del estado, los pacientes enfrentan largas esperas en clínicas comunitarias y la escasez de medicamentos básicos. Familias deben gastar de su bolsillo en fármacos para controlar enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión.
En el Hospital General de Cuernavaca, el desabasto también es evidente. Medicamentos como Linagliptina o Eritropoyetina, fundamentales para pacientes con diabetes, suelen faltar en farmacia. Pese a ello, la empresa C&M Distribuidora de Medicamentos y Material de Curación, señalada por incumplir en el sexenio pasado, obtuvo en 2025 un nuevo contrato por 32 millones de pesos mediante adjudicación directa.

Red de empresas beneficiadas
C&M forma parte de un grupo junto con Santek Health y Comercializadora Manhos. Estas compañías fueron constituidas entre 2019 y 2022 y, a los pocos meses, comenzaron a recibir contratos millonarios. La ASF documentó incumplimientos reiterados, como la falta de servicios de anestesia y cirugías de mínima invasión, por los que aun así cobraron decenas de millones de pesos.
A pesar de estos antecedentes, Santek Health ha sido favorecida por la actual gobernadora. En su primer año de gestión recibió al menos siete contratos que suman más de 84 millones de pesos.
Entre la justificación y la opacidad
El IMSS-Bienestar argumentó que contrató a C&M porque el gobierno no cuenta con la infraestructura necesaria para distribuir los medicamentos. No obstante, en hospitales y centros comunitarios los pacientes constatan el desabasto cada vez que intentan surtir sus recetas.
Organizaciones civiles han advertido que este esquema repite las irregularidades del pasado reciente y compromete la atención de miles de pacientes en un estado donde más de la mitad de la población carece de seguridad social.