Decenas de videos sexuales obtenidos de cámaras privadas en Guadalajara, Zapopan, Puerto Vallarta, Arandas y El Salto fueron difundidos en internet a través de un portal pornográfico con sede en Oceanía, que lucraba con el material sin consentimiento de las personas grabadas.
El sitio fue detectado por el centro de expertos en ciberseguridad Yarix, de la empresa Var Group en Italia, que reportó el caso a las autoridades de su país y consiguió que la página fuera desmantelada. Sin embargo, el contenido continúa circulando en otros portales y canales de mensajería, incluso con el mismo nombre del portal original.
De acuerdo con Yarix, la página operaba desde diciembre de 2024 y permitía a los usuarios ver clips gratuitos de grabaciones íntimas. También ofrecía la opción de pagar por acceso directo a cámaras en tiempo real, con la posibilidad de controlar los dispositivos. El material estaba clasificado por ubicación, tipo de personas y actividades registradas.
El análisis de identificaciones de cámaras permitió localizar 463 dispositivos vulnerados en México, de los cuales 69 videos provenían de 32 cámaras instaladas en negocios públicos, como estudios de tatuajes y casas de huéspedes, así como en viviendas particulares de Guadalajara. Algunos de estos registros incluso llevaban etiquetas de lugares donde se ofrecen servicios sexuales.
En otros municipios también se detectó material comprometido: 27 videos de 18 cámaras en Zapopan, tres en Puerto Vallarta, tres en Arandas y dos en El Salto.
El director técnico de Yarix, Diego Marson, explicó que las principales debilidades de los sistemas intervenidos fueron el uso de contraseñas predeterminadas o débiles, protocolos de encriptación obsoletos, falta de actualizaciones y la conexión directa de cámaras a internet sin segmentación de redes.
“En muchos casos, las cámaras estaban expuestas sin medidas de seguridad mínimas, lo que las convirtió en objetivos fáciles para los atacantes”, señaló Marson.
El especialista recomendó no instalar cámaras de vigilancia en espacios privados y, en caso de hacerlo, reforzar la seguridad con contraseñas robustas, sistemas de cifrado modernos y actualizaciones periódicas.