Ante la decisión del Departamento de Comercio de Estados Unidos de imponer una cuota compensatoria del 17.09% a las exportaciones mexicanas de jitomate, la presidenta Claudia Sheinbaum advirtió que su gobierno continuará la defensa del sector y buscará un nuevo acuerdo antes del 1 de agosto.
“No estamos de acuerdo con esta medida”, expresó la mandataria. “Es una acción que ya se había intentado anteriormente y que terminó por revertirse debido a los impactos económicos, incluso para los consumidores estadounidenses”.
El retiro del Acuerdo de Suspensión de la Investigación Antidumping, vigente desde 2019, abre la puerta a medidas que, según productores mexicanos, responden más a presiones políticas internas en Estados Unidos, particularmente de agricultores de Florida, que a una preocupación real por prácticas comerciales desleales.
Sheinbaum reconoció que, incluso con el arancel, el jitomate mexicano seguirá exportándose porque “no tiene sustituto real” en el mercado estadounidense. “México abastece más de 4 mil 300 millones de libras anuales; apenas un 9% proviene de otros países del área”, señaló al leer un posicionamiento de productores nacionales.
La jefa del Ejecutivo federal adelantó que su administración alista acciones con asociaciones y productores para contrarrestar el impacto de la medida, en el marco del llamado Plan México. “Vamos a seguir peleando por un acuerdo”, enfatizó.
Desde abril pasado, el Departamento de Comercio notificó que abandonaría en un plazo de 90 días el acuerdo que permitía la exportación sin aranceles del tomate mexicano. El argumento: proteger a los agricultores estadounidenses de supuestas prácticas de dumping.
“México sigue siendo uno de nuestros mayores aliados, pero nuestros agricultores han sido aplastados por prácticas comerciales injustas”, declaró entonces el secretario de Comercio, Howard Lutnick.
Para los productores mexicanos, sin embargo, la medida atenta contra un sector que, aseguran, se ha modernizado durante más de un siglo y ha ganado su lugar por calidad, innovación y eficiencia.
Pese al nuevo entorno comercial, el Gobierno de México insiste en que buscará restablecer condiciones justas para un producto esencial de su economía agrícola y clave en la relación comercial con Estados Unidos.