En medio de una reestructura administrativa y el anuncio de un refinanciamiento multimillonario, Petróleos Mexicanos (Pemex) ha optado por reservar información clave sobre sus compromisos financieros, lo que ha encendido alertas entre especialistas por el creciente nivel de opacidad de la empresa productiva del Estado.

La petrolera solicitó mantener bajo reserva las condiciones de deuda contratada con nueve instituciones bancarias por un monto superior a 78 mil millones de pesos, así como el estado financiero de su fondo de pensiones. La petición fue formalizada por la Dirección de Finanzas el pasado 2 de abril ante la Unidad de Transparencia, bajo el expediente DCF-TA-001-2025.

En total, Pemex pidió ocultar por cinco años los detalles de 33 pagarés que equivalen a 57 mil 609.9 millones de pesos y mil 125 millones de dólares, lo que, al tipo de cambio Fix del lunes, representa 20 mil 961 millones de pesos adicionales. En suma, la deuda reservada con Banorte, Inbursa, Multiva, Santander, HSBC, BBVA, Deutsche Bank, MUG Bank y SabCapital alcanza los 78 mil 571.5 millones de pesos.

De acuerdo con la Gerencia de Financiamiento e Inversiones de Pemex, divulgar esta información «puede incrementar el costo de las operaciones financieras realizadas» y afectar la toma de decisiones, además de comprometer ventajas competitivas de la empresa frente a terceros. En una respuesta dirigida a un solicitante de información, se argumentó que revelar los datos implicaría «descubrir cifras identificadas para cubrir pasivos laborales con flujo comprometido a largo plazo».

Para Óscar Ocampo, director de Desarrollo Económico del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), esta reserva representa un riesgo para la reestructura en curso. “El éxito de las reformas que implementa Pemex depende en gran parte de su reputación, la cual está en entredicho entre los inversionistas”, advirtió. Además, señaló que la reciente reforma en materia de transparencia podría incentivar la opacidad.

Actualmente, Pemex arrastra un pasivo laboral estimado en 1.3 billones de pesos, lo que representa el 34.1 por ciento de sus pasivos totales.

En la misma línea, el consultor energético Gonzalo Monroy consideró que la falta de transparencia responde a un intento de la empresa por obtener vías de refinanciamiento sin someterse al escrutinio público. “Ya no vamos a conocer las condiciones de tasas y plazos en el momento. Se tendrá que informar a la CNBV y a la SEC, pero será público hasta un año después”, advirtió.

Otros especialista como Jorge Cano, coordinador del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa,consultado por medios nacionales han calificado esta decisión como un “precedente negativo” que podría repetirse. “Pemex ha sido poco transparente en diferentes áreas, como el manejo de coberturas o inversiones en grandes obras. Se escuda en que la información pone en desventaja a la institución o al país frente a competidores”, sostuvo.

Además del ajuste financiero, Pemex emprendió una reestructura administrativa que contempla la liquidación de personal de confianza, lo que le generaría ahorros cercanos a cinco mil millones de pesos entre este año y el próximo.

Según sus propios reportes, al 31 de marzo la deuda total de Pemex ascendía a dos billones 53 mil 500 millones de pesos, de los cuales el 43.8 por ciento deberá pagarse en los próximos tres años.