Aunque viven tras los muros del Centro Femenil de Reinserción Social de Santa Martha Acatitla, cerca de 250 internas se hicieron visibles durante las celebraciones del Mes del Orgullo LGBTIQ+. Entre maquillaje, música y banderas de colores, compartieron historias de descubrimiento, aceptación y resistencia.
Durante el evento, algunas de las recllusas señaron que encontraron dentro del reclusorio lo que nunca tuvo fuera: la libertad de reconocerse lesbiana. “Aquí eres muy libre… aunque sea en la cárcel”, dicen.
Otras internas aprovecharon los espacios de expresión impulsados por la comunidad LGBTIQ+ al interior del penal. Para muchas, estos festejos no sólo son un símbolo de orgullo, sino también un acto de dignidad en medio del encierro.
En un ambiente decorado con papel de china, globos y presentaciones musicales, las internas participaron en coreografías, cantos y dinámicas que rompen con la rutina gris del reclusorio.
Pese a los retos, como el estigma, la discriminación o la falta de apoyo familiar, las internas reconocen el poder transformador del acompañamiento y la comunidad.
Este evento celebrado en el penal, revela que la diversidad no se detiene ante las rejas. “Amor es amor”, corearon juntas al finalizar el evento. Para muchas, ese grito representa un nuevo comienzo.