La pugna interna en el Cártel de Sinaloa ha desatado una ola de violencia inédita en el estado. Desde septiembre del año pasado, cuando estalló el conflicto entre las facciones de “Los Chapitos” y “Los Mayitos”, se han contabilizado al menos mil 552 personas asesinadas, según fuentes federales consultadas por Reforma.

La cifra contrasta de manera alarmante con el mismo periodo anterior, que va dee septiembre de 2013 a junio de 2024, cuando se documentaron 407 homicidios relacionados con el crimen organizado en esa entidad.

La lucha por el control de las rutas, territorios y estructuras criminales del Cártel de Sinaloa se ha intensificado tras detenciones clave y fracturas internas. En el centro del conflicto están los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y la facción ligada a Ismael “El Mayo” Zambada, liderada por su hijo, Ismael Zambada Sicairos, alias “El Mayito Flaco”.

El ingreso reciente de Fausto Isidro Meza Flores, alias “El Chapo Isidro”, al conflicto ha encendido aún más la confrontación. De acuerdo con informes del Ejército Mexicano, Meza Flores se habría aliado con “El Mayito Flaco” y ya habría tomado control de varias zonas que hasta hace poco eran bastión exclusivo de “Los Chapitos” en Culiacán.

El pasado domingo, un comando armado presuntamente ligado a “El Chapo Isidro” ingresó a Jesús María, comunidad que cobró notoriedad tras la captura de Ovidio Guzmán en 2023, y realizó una serie de “levantones” contra personas cercanas a los hijos del “Chapo”. Un día después, varios cuerpos aparecieron colgados en distintos puntos de Culiacán, en lo que las autoridades no descartan como una represalia directa.

Además de las ejecuciones, se ha documentado la toma y operación de narcolaboratorios por parte de los grupos aliados a “El Mayo” en zonas tradicionalmente controladas por los Guzmán. La violencia no solo ha impactado los índices delictivos, sino que ha generado desplazamiento forzado de comunidades enteras y el reforzamiento de operativos militares en la zona.