México se posiciona entre los 10 países de América con la tarifa eléctrica más elevada para el sector empresarial, reveló un análisis de la plataforma Global Petrol Prices, que ubica al país en el séptimo lugar del continente y en la posición 32 a nivel mundial entre 134 naciones evaluadas.
De acuerdo con el informe, las empresas mexicanas pagaron, en promedio, 0.21 dólares por kilowatt/hora en los últimos dos años, por encima de lo que se cobra en países como Brasil, Chile, Canadá, República Dominicana y Ecuador. Esta cifra también supera el promedio mundial, que es de 0.16 dólares por kilowatt/hora.
Especialistas advierten que este costo elevado responde a diversos factores estructurales y de política energética. Eddy González Altamirano, especialista en el Mercado Eléctrico Mayorista en Eleia, señaló que la dependencia de México del gas natural importado desde Estados Unidos, que representa alrededor del 80% del insumo utilizado para generar electricidad, expone al país a la volatilidad del tipo de cambio y a costos fluctuantes.
“El crecimiento de la demanda eléctrica ronda el 3.5 por ciento anual, pero la capacidad de generación se ha estancado ante la falta de inversión en nuevas centrales. Si la CFE modernizara sus plantas y fortaleciera la red de transmisión, podríamos ver una reducción en las tarifas”, afirmó.
Asimismo, González Altamirano advirtió que la inversión en energías renovables como la solar y la eólica se ha detenido en los últimos años, pese a que ofrecen costos más competitivos. “Realizamos un estudio y encontramos que el 99 por ciento de la industria sigue contratando con CFE, mientras que solo una mínima parte accede al Mercado Eléctrico Mayorista, más competitivo. Esto se debe a que convertirse en usuario calificado es un proceso complejo que puede tardar hasta nueve meses”, explicó.
Por su parte, Diego Arjona Argüelles, presidente del Comité de Energéticos de Canacintra, coincidió en la urgencia de impulsar inversión en infraestructura eléctrica, particularmente en áreas como transmisión, transformación y distribución, para mejorar la calidad del servicio.
“También hay una deuda con el cumplimiento del Código Red, que busca asegurar que el sistema eléctrico funcione de manera eficiente y continua. Pero esto requiere voluntad y recursos”, apuntó.
Arjona Argüelles planteó la necesidad de diferenciar tarifas para la industria, con el objetivo de apoyar a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) que fungen como proveedoras de grandes corporativos. “No podemos tener las mismas reglas para todos cuando la capacidad de pago y adaptación es tan desigual”, enfatizó.
A pesar del avance tecnológico y de los recursos naturales con los que cuenta el país, México enfrenta un panorama eléctrico adverso para el sector productivo, que hoy paga una de las tarifas más altas del continente.