junio 8, 2022
Junio se ha convertido en el estandarte del orgullo LGBTIQ, las banderas salen a relucir, las marchas y las historias se convierten en algo que cada vez aceptamos más, sin embargo, también es la conmemoración de todas la vidas perdidas y las victimas de discriminación, en 70 países del mundo, la homosexualidad es castigada con cárcel e incluso en ciertos lados con pena de muerte, elegir a quien amar y como vivir su vida, sigue siendo cuestionada o juzgada por los prejuicios morales de diversas generaciones y personas, fue hasta los años 70 que la homosexualidad salió de la lista de enfermedades mentales, donde por años, las practicas inhumanas como terapias de conversión en que el dolor físico y psicológico eran utilizados como recurso principal, no fue hasta el 2020 que en nuestro país las terapias de conversión se convirtieron en un delito y aun así, siguen existiendo clínicas clandestinas.
Históricamente la homosexualidad, cambio de sexo, asexualidad, bisexualidad entre otros, han existido desde siempre, los viejos escritos y datos históricos mencionan estas “practicas” como algo normal, fue el paso del tiempo, las imposiciones ideológicas, que crearon una serie de paradigmas que en lugar de unir, dividieron el amor, las creencias, la forma de respetar y vivir, comenzaron a transmitir esta idea errónea que todos alguna vez hemos experimentado o aplicado, conscientes o inconscientes… Creernos moralmente superiores para juzgar la forma de amar, vivir o experimentar la vida de otros.
Fue un 28 de junio de 1969 en el bar de Stonewall de New York, un centro nocturno que más allá de la fiesta, se convirtió en un centro de resistencia política y centro de reunión que buscaba la libertad sexual, lucha por los derechos humanos y dignidad de la comunidad, cansados de las humillaciones constantes, se defendieron ante la redada de policías que buscaba atacarlos, 150 personas fueron sometidas, pero abrieron el paso a las generaciones de no callarse ante nadie el quien eres, para que cada miembro de la comunidad LGBTIQ sea reconocido, respetado, que sus derechos humanos, sexuales y su participación ciudadana deje de ser un tema del cual puedan usar para ofender, oprimir o discriminar.
¿Qué nos hace creer que tenemos un juicio moral sobre las personas? ¿Por qué no podemos aceptar que el amor es amor y viene en diferentes versiones? ¿Quién nos hizo creer que somos seres superiores para calificar algo como natural o anti natural?
La vida es demasiado corta y difícil por si sola, como para hacerle el camino a otros más complicado, aprendamos que no somos nadie para juzgar, pero si somos capaces de aprender a respetar.
Amor es amor y que el orgullo de ser quién eres sea todo el año, eres mucho, vales mucho, mereces respeto, mereces amar y ser amado, tu no estas mal, está mal que la sociedad aun no sepa lo que es respetar más allá de sus prejuicios.
Ama, deja amar, se libre, se tú.
Majo Gómez González