julio 6, 2022
Cuando perdemos a nuestros padres, nos llaman huérfanos, si se pierde a tu pareja, te conviertes en viudo, sin embargo, no existe un nombre para la perdida de un hijo, y cuando este muere dentro del vientre o en los primeros días de nacido, el dolor es aún más grande, donde incluso el luto no es suficiente para sobrellevar su perdida.
En México, 54 de las miles de mujeres que se preparan al día para recibir a sus hijos, con la ilusión de la llegada de un bebé en la aventura dela maternidad deseada, se enfrentan a su proceso de parto sin saber que en su casa habrá una cuna vacía y un duelo inmenso por enfrentar, según las cifras de Irma Alejandra Castañeda Coronado, directora de Neonatología del Instituto Nacional de Perinatología, en el Senado de la República, al año existen un millón de defunciones de nacidos en el primer mes, conocido como neonatal, mientras que 3% de las muertes fetales ocurren antes del parto.
El duelo agonizante muchas veces ni siquiera es tomado en cuenta en los trabajos, las incapacidades son cada vez nulas y quienes las suelen dar parecen que es un favor el que te hacen, ignorando los dolores físicos y la empatía que se necesita para enfrentar la perdida en un hogar, por ello la iniciativa de ley cunas vacías, llego para dar un golpe de realidad al sistema y sociedad, dando una oportunidad de enfrentar en pareja el dolor de la perdida, acompañados de un tratamiento multidisciplinario, donde la atención física, emocional y psíquico son tomados en cuenta como una necesidad primordial, donde el permiso por duelo, y el descanso del trabajo, son situaciones que permiten darse el tiempo de llorar una perdida, que la lactancia y donación de leche, son temas que se deben explicar en este proceso, escuchar dudas, comprender que es lo que quiere la madre, pero sobre todo, acompañarla en este proceso y aquello que en nuestra humanidad hace falta, el trato digno que sobrelleva una perdida.
La maternidad deseada puede dejar huecos en el alma y el corazón, y también se necesita legislar, escuchar y empatizar, hoy, Cunas Vacías, llego a darle frente a lo que por años se cayó para intentar hacer más “fácil” este proceso.