diciembre 3, 2018
La Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la primera resolución sobre el acoso sexual que obliga a los Estados miembros a considerar formas de prevenir y eliminar esta violencia contra mujeres y niñas.
En medio del surgimiento de movimientos mundiales como el de #MeToo, #TimesUp, #BalanceTonPorc o #MiPrimerAcoso en los que las mujeres rompieron el silencio frente al acoso sexual y colocaron a luz a sus agresores, Naciones Unidas aprobó el pasado 19 de noviembre la primera resolución para eliminar el acoso sexual.
La propuesta que impulsó Francia junto a los Países Bajos fue aprobada por 193 países y llama a los Estados a enfrentar la discriminación que coloca a las mujeres y niñas en riesgo de sufrir explotación, violencia y abuso, así como tomar acciones para empoderarlas y protegerlas.
Entre las medidas que deben adoptar los Estados, indica esta resolución, es asegurarse que los empleadores de todos los sectores tengan que rendir cuentas cuando no cumplen con las leyes y las regulaciones sobre el acoso sexual.
Asimismo llama a los países para que las compañías de tecnología digital, incluidos servicios de internet y plataformas digitales, fortalezcan y adopten medidas positivas para eliminar la violencia y el acoso sexual en contextos digitales. Aunque aún el resolutivo no se encuentra disponible en la página oficial de Naciones Unidas.
En México según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (Endireh) 23.5 por ciento de las mujeres han recibido a lo largo de su vida “piropos” groseros y ofensivos de tipo sexual o sobre su cuerpo; 10 por ciento las han manoseado, tocado o besado; a 7.9 por ciento alguna persona le mostró sus genitales o se masturbó enfrente de ellas.
En tanto 9.2 por ciento dijo que las han vigilado o seguido; a 8.1 por ciento les ha hecho sentir miedo de ser atacadas o abusadas sexualmente; y a 3.9 les han enviado mensajes o comentarios con insinuaciones sexuales, insultos y ofensas a través del celular, correo electrónico o redes sociales.
Frente a este contexto las movilizaciones contra el acoso sexual en el país comenzaron en 2016 a propósito de la movilización contra las violencias machistas o 24A como le nombraron a una de las marchas feministas más grandes vividas en México.
En la red social Twitter cientos de testimonios de mujeres con el hashtag #MiPrimerAcoso contaban la primera vez que fueron acosadas sexualmente, evidenciando que se trata de una violencia normalizada, que ocurre en muchos casos desde la infancia y en la que se exime de responsabilidad a los agresores y se culpabilizada a las mujeres.
Las leyes mexicanas contemplan el acoso sexual y hostigamiento sexual en la Ley General de Acceso de las Mujeres a un Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) y establece que los tres órdenes de gobierno deben establecer mecanismos que favorezcan su erradicación en escuelas, centros laborales o privados mediante la firma de convenios.
En la Ciudad de México por ejemplo se han puesto en marcha campañas para erradicarlo específicamente en el transporte público, como la “Estrategia 30-100”, la repartición de silbatos rosas para utilizarlos para alertar de una agresión o la campaña #NoEsDeHombresque invitó a los varones a concientizarse del acoso sexual. Sin embargo, en los hechos no ha generado los cambios esperados.
En los centros de estudios la Universidad Nacional Autónoma de México fue la primera en implementar junto a ONU Mujeres un protocolo para la denuncia del acoso sexual y otras formas de violencia de género, no obstante en los hechos para quienes buscan utilizarlos han resultado un calvario, procesos revictimizantes, e impunidad a los agresores.
18/HZM/LGL
Ciudad de México, 03/12/2018
Artículo de Cimacnoticias