mayo 26, 2022
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la expectativa de vida de las personas transgénero en el país es de 35 años.
México es el segundo país de América, después de Brasil y antes de Estados Unidos, con más crímenes contra personas trans, según ha documentado el Observatorio de Personas Trans Asesinadas. Tan solo el año pasado, el Observatorio Nacional de Cr
ímenes de Odio contra Personas LGBT, registró 81 asesinatos en razón de orientación sexual e identidad de género en el país, de los cuales casi el 50% fueron hacia mujeres trans. Además, el informe Violencia de género con armas de fuego en México señala que cinco de cada 10 fueron ejecutadas a balazos, y el 44% se dedicaba al trabajo sexual.
“Las oportunidades laborales no son las mismas cuando eres trans: aunque tenía un currículo que podría comprobar, al momento de llegar a pedir empleo no se concretaba nada”
Cuenta. Según un informe de la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), más del 60% de la población trans sufre de discriminación laboral y únicamente 5% ejerce alguna profesión.
Pese a que en 2018 la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerar la “disforia de género” como una enfermedad mental, un estudio realizado entre 2012 y 2015 en Estados Unidos advirtió de que 41% de los adolescentes transgénero ha intentado suicidarse, por lo que el acompañamiento psicológico es fundamental. Sumado a esto, la expectativa de vida de las personas transgénero en México es de 35 años, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Además, las personas trans raramente tienen un acceso adecuado a servicios de salud. En Ciudad de México solo existen dos clínicas especializadas en atender las necesidades de hombres y mujeres trans, con acompañamiento hormonal, psicológico y endocrinológico, una atención necesaria cuando se ha hecho una terapia de reemplazo hormonal.
El psicoterapeuta y colaborador del refugio LGTB Casa Frida, en la capital del país, advierte de que las consecuencias emocionales de negar la propia identidad son muy graves. “Siempre tenemos que estar en la defensiva y es terrible de siempre estar teniendo que debatir nuestra identidad. Es frustrante que es tratar de convencer a la gente de lo que vives, es real, de que no está tratando de invadir a nadie, tratando de invalidar a nadie, simplemente queremos existir y tratar de ser los más felices que podamos”, menciona. Por lo que señala que lo más importante de poder ser visible, “es que les niñes, las adolescentes vean que se puede ser una persona trans exitosa, profesionista”. “Que vean que hay toda una gama de vida más allá de las violencias que vivimos”, afirma.
Nota por Maria Julia Castañeda